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El queso llanero: recurso patrimonial de los llanos venezolanos

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Desmolde
EL QUESO LLANERO: SU VALORACIÓN COMO RECURSO PATRIMONIAL DE LOS LLANOS VENEZOLANOS

LE FROMAGE LLANERO: QUELLE VALORISATION COMME RESSOURCE PATRIMONIALE DES PLAINES DU VENEZUELA


Resumen
En Venezuela se produce el queso llanero, identificado por su forma cuadrada, color blanco, consistencia semidura y sabor a leche cruda, debido a que es elaborado con leche no pasteurizada. El queso llanero es acompañante de diversas recetas para degustar en festividades, reuniones familiares y complemento ante exceso de invitados. Por ello, se realizó un estudio para detectar aquellos elementos que vinculen el producto con el origen territorial y cultural, y así visibilizar su potencialidad para ser reconocido con la distinción de ser un recurso, patrimonio de los venezolanos. El trabajo se desarrolló mediante visitas y entrevistas a actores protagonistas del queso, específicamente en queserías rurales del Estado Portuguesa, así como revisión de antecedentes y bases empíricas de calificación. Se identificaron elementos que permitirán la valoración de este queso llanero como parte de las costumbres y tradiciones del llano venezolano y preservar un reservorio de conocimiento y saber-hacer locales respecto a un acertado proceso productivo de elaboración. El proceso productivo responde más a una tradición histórica de cuajado de la leche, que a un estándar tecnológico.

Palabras clave: Calidad, Construcción colectiva, Llanos venezolanos, Queso llanero, Recurso patrimonial, Saber-Hacer



QUEIJO llanero: sua avaliação como um recurso património das planícies venezuelanas
Resumo
Em Venezuela se produz queijo llanero, identificada por sua forma quadrada , de cor branco, consistência semi- dura e sabor é produzido leite cru. O produto faz parte da dieta diária da população das planícies e consumido em todo o país ; é típico da região das planícies venezuelanas , daí o nome , " queijo llanero”. Os consumidores identificá-lo com aquela região e reconhecer o aroma e sabor ao consumir leite cru, porque é um produto feito a partir de leite não pasteurizado. Essa comida é companheiro de diferentes receitas para saborear em festas, reuniões de família e convidados wildcard ao excesso. Or isso foi realizado um estudo para detectar os elementos que ligam o queijo llanero com fundo territorial e cultural, e, assim, visualizar o seu potencial para ser reconhecido com a distinção de ser um património de recursos territorial dos venezuelanos. O trabalho foi desenvolvido por meio de visitas e entrevistas com protagonistas do queijo, em particular em fábricas de queijo rurais do município Guanarito, Estado Portuguesa, bem como verificação de antecedentes e base empírica de qualificação. Identificamos elementos que podem permitir avalie esta queijo como parte das costumes e tradições dos planícies venezuelanas, e preservar um reservatório de conhecimento local, respeito de um processo de produção bem-sucedida . O produto tem popularidade, notoriedade e de preferência no país; conhecer a sua aparência, sabor e textura típica. O processo de produção é mais uma tradição histórica de leite coalhado, o qual é um padrão tecnológico.
Palavras chave: Qualidade, Construção coletiva, planícies venezuelanas, queijo llanero, recurso de património, saber-fazer

LE FROMAGE LLANERO: QUELLE VALORISATION COMME RESSOURCE PATRIMONIALE DES PLAINES DU VENEZUELA ?
Résumé
Au Venezuela, se produit le fromage llanero, identifié par sa forme carrée, sa couleur blanche, sa consistance semi -dure et sa saveur de lait cru. Le produit fait partie de l'alimentation quotidienne des habitants des plaines et est consommé dans tout le pays ; il est typique de la des plaines (‘los llanos’)  du Venezuela, d'où son nom  "fromage llanero". Les consommateurs l'identifient comme propre à cette région et reconnaissent son arôme et sa saveur de lait cru, car il est fabriqué à partir de lait non pasteurisé. Ce produit accompagne différentes recettes proposées à diverses occasions, en fêtes, en réunion de famille, et résout facilement l’excès soudain d’invités. Par conséquent, une étude a été réalisée pour répertorier les éléments qui caractérisent ce fromage llanero comme produit territorial et culturel et ainsi évaluer son potentiel à être reconnu comme produit territorial, patrimoine des Vénézuéliens. Ce travail s’est élaboré sur la base de visites et d’entretiens avec des acteurs protagonistes du fromage, en particulier dans les fromageries rurales de la municipalité de Guanarito, État Portuguesa, ainsi que la révision des antécédents et bases empiriques d’une telle qualification. Les éléments qui permettront de valoriser ce fromage llanero comme faisant partie des coutumes et traditions des llanos vénézuéliens ont été identifiés, pour ainsi préserver un réservoir de connaissances et de savoir-faire locaux par un processus adapté de construction de qualité. Le produit bénéficie de popularité, de notoriété et de préférence dans le pays; son aspect, sa saveur et sa texture, typiques, sont connus. Le processus de production correspond plus à une tradition historique de caillage du lait, qu’à un standard technologique.

Mots-clés : Qualité, construction collective, Llanos vénézuéliens, fromage llanero, ressources du patrimoine, savoir-faire

LLANERO CHEESE: WHAT VALUE AS A RESSOURCE HERITAGE OF THE VENEZUELAN PLAINS
Summary
In Venezuela llanero cheese is produced; It is identified by its square shape, white color, semi-hard consistency and flavour to raw milk. The product is part of the daily diet of the people of the plains and is consumed throughout the country. It is typical of the Venezuelan plains (“los llanos”) region, hence the name, "llanero cheese". Consumers identify it with that region and recognize its aroma and flavour of raw milk when consuming, because it is made from unpasteurized milk. Such food is companion of different recipes to taste in holidays, family gatherings and easily solves the sudden excess of guests. Therefore a study was performed to identify the elements that characterize this llanero cheese as a territorial and cultural product, and thus evaluate its potential to be recognized as a territorial resource, heritage of the Venezuelans. This work was developed through visits and interviews with protagonists of the cheese, particularly in rural cheese factories in the municipality of Guanarito, Portuguesa State, as well as background checks and empirical basis of qualification. The items will enhance this llanero cheese as part of the customs and traditions of the Venezuelan plains, so to maintain a reservoir of knowledge and local know-how by a suitable process quality construction. The product has popularity, notoriety and preference in the country; its appearance, its flavour and its texture are well known. The production process is more a historical tradition of curdled milk, than a technological standard.
Keywords: Quality, Collective construction, Venezuelan plains, llanero Cheese, heritage resources, know-how


Introducción: una actividad quesera anclada
El queso forma parte de la cesta de bienes y servicios que se generan en las concentraciones de agroindustrias localizadas en el medio rural (Boucher, Requier-Desjardins & Brun, 2010), y cuya actividad de producción fortalece una dinámica colectiva en torno a la leche por actores interactuantes como productores, hacedores, comercializadores y consumidores. El producto se desarrolla a partir de conocimientos de tradición y aprendidos, de su proceso de elaboración, su presentación, sus factores organolépticos propios (color, sabor, olor), su historia; elementos todos que permiten catalogar a la leche y derivados como patrimonio de un territorio en particular.
Linck  & López (2011) se refieren al reservorio de valores que giran en torno a un queso tradicional, recursos inherentes al territorio de origen, que le dan al producto especificidad propia: la tipicidad. Tal identidad la construyen colectivamente un grupo de actores con “tradición quesera” para lograr un queso como patrimonio que les pertenece a todos. Por su parte, Villegas & Torres (2011) señalan que “la tipicidad refiere a características objetivas o subjetivas que permiten discriminar un producto en el seno de su familia de referencia, o sea, entre productos de la misma clase” (p. 8).
Los procesos de reconocimiento de productos con origen territorial funcionan como una búsqueda de anclaje territorial (Boucher & Requier-Dejardins, 2005), lo cual se traduce por una Indicación Geográfica (IG), una Denominación de Origen (DO), una Especialidad Tradicional Garantizada (ETG), o bien una Marca Colectiva (MC); ello ocurre en lo que se denomina construcción colectiva. En tal proceso (Dulcire, 2014), los agricultores deben caminar hacia más autonomía para una actividad sustentable, construyendo valores de equidad y cooperación que se revertirá finalmente, en el “empoderamiento emancipador” de los actores del campo.
En Venezuela se produce el queso llanero, propio de la región de los llanos y elaborado con un método tradicional básico que prácticamente no ha cambiado desde la época colonial; artesanalmente se desarrollan las etapas de cuajado de la leche cruda, desuerado, prensado  moldeado, con una trasmisión de conocimiento que se mantiene de generación en generación. La calificación de un producto territorial se construye con actores y productores de la cadena, a fin de garantizar su calidad y características para el consumidor.
Con el propósito de construir una denominación para el queso llanero, surgen interrogantes como: ¿Qué característica tiene el queso llanero que se impute a la región de los llanos, su cultura y a su historia ¿Qué cualidades particulares incluidas en un mismo proceso y condiciones de fabricación hacen del queso llanero un producto propicio para ser identificado como un recurso territorial?, ¿Cómo calificar la tipicidad del queso llanero para que sea reconocido como recurso territorial? Y otra:  ¿Qué nivel de cooperación y/o solidaridad existe entre los productores y actores del queso llanero?
Es de señalar que en Venezuela se crearon razas más resistentes a las condiciones climáticas y con capacidad de adaptación (Florio, 2006) como Criollo limonero y Carora en la categoría doble propósito (leche y carne), y en los llanos la Criollo llanero, “prácticamente extinto en la actualidad” (p. 123-124). La alimentación se mejora con pastos introducidos dado que los nativos son de poco contenido proteínico; no obstante la forma del ganado alimentarse, es el consumo directo en campo de las hierbas y pastos crecidos naturalmente.
En este contexto se ejecutó un trabajo en el Sector Caño Indio del municipio Guanarito, estado Portuguesa, Venezuela. Encuentros y entrevistas con actores clave permitieron generar datos primarios desde la realidad. La revisión documental de antecedentes, estadísticas y material bibliográfico, reforzaron la investigación. A partir de ese material, se plasmaron reflexiones útiles en cuanto a la construcción colectiva de un proceso que conlleve a la validación del queso llanero como recurso territorial.

1.      Cómo construir la cadena de valor quesera
La agroindustria rural ha sido reconocida como una herramienta para reducir la pobreza, al desarrollarse cadenas productivas que generan bienes y servicios en principio para el mercado local. Es un proceso en el que participan los campesinos y su familia, que se repite y concretiza en una concentración de agroindustrias interactivas y que conforma el denominado Sistema Agroalimentario Localizado (SIAL). Un SIAL fue definido como un agrupamiento interactivo de producción y servicios (explotaciones, asociaciones, empresa agroalimentaria, de servicio, gastronómica) asociado por sus características y funcionamiento a un territorio específico. El medio, los productos, las personas, sus instituciones, su saber-hacer, comportamiento alimentario y sus redes de relaciones; se combinan en un territorio para producir una forma de organización agroalimentaria (Velarde, Voget, Ávila, Loviso, Orosco, Sepúlveda & Artaza, 2008).

Las agroindustrias rurales concentradas geográficamente, están caracterizadas por poseer recursos que bien pudiesen llamarse activos patrimoniales como por ejemplo las redes de actores locales, la tipicidad de los productos del territorio, el acervo cultural históricamente construido, filiación con la naturaleza y su conservación. Estos recursos fortalecen procesos de desarrollo local ya que están presentes en las estrategias de agregación de valor, en lo cual se genera un producto estrechamente relacionado con el territorio específico donde se elabora, con los actores involucrados y su saber-hacer, relación que ha de estar manifiesta en dicho producto y también ser apreciada por el consumidor (Boucher &  Requier-Desjardins, 2005).
Los procesos de construcción por actores locales son la mejor forma de recuperar parte de la ganancia de la cadena productiva, al conquistar eslabones y darle más valor por medio de la creación colectiva de un recurso territorial. Dulcire (2014) plantea la interacción entre lo individual y lo colectivo como una construcción que nace de los mismos actores ante una necesidad sentida, por ejemplo en cambios en sus modos de producción. Es un proceso “creativo que nace de los mismos socios, en el mismo territorio y con otros socios” (p.12) y/o actores de la cadena de valor.
Los recursos territoriales son aquellos que denotan por si solos estar ligados al territorio de origen por sus características organolépticas y culturales, por ejemplo formas de elaboración que fueron construidas colectivamente desde hace siglos; y por la explícita potencialidad de ser aprovechados sosteniblemente en otras áreas como el turismo, por las costumbres y tradiciones que iniciaron el recurso y lo soportan; todo lo cual siendo reconocido por los actores de la cadena, los políticos, líderes comunitario y los consumidores. Estos recursos se han valorizado (Muchnik , Nogar, Torres, Velarde, Pérez, Garat &  Maggio, 2008) en consideración de variables de calidad medibles como: la organoléptica, físico-química, microbiológica; y no medibles como: una identidad, una historia, una cultura. Por consiguiente, al determinarse los valores intrínsecos y extrínsecos de un producto, se reivindican bienes y/o servicios de escaso status en la sociedad, así como actitud conservacionista hacia la naturaleza y el ambiente.
El proceso de construcción de un recurso territorial es desarrollado por las economías campesinas, con acciones colectivas protagonizadas por los actores directos de la actividad productiva, y constituye en si mimo un sello de calidad (Boucher et al. 2010) co-construido (Dulcire, 2014) a partir de la historia, la cultura y de formas de vida, del producto. Para Vandecandelaere, Arfini, Belletti, & Marescotti,  (2010) una indicación geográfica (IG) identifica un producto con el origen de elaboración y los atributos se vinculan a los lugares geográficos donde han sido producidos y que en el transcurrir del tiempo, “adquieren una reputación gracias a la indicación que los identifica”. La IG muestra además de cómo el producto se ha elaborado, tras la combinación de otros elementos significativos como los recursos naturales (clima, suelo, variedad de plantas, etc.), y el reservorio cultural de los actores (tradiciones, conocimiento local, etc.).
La organización de las familias campesinas conllevará a fortalecerles frente a los demás actores de la cadena, lo cual se traducirá en una mejor repartición de las ganancias de la cadena de valor. La leche es un recurso que dinamiza territorios, por ser un rubro que se genera diariamente, que se puede transformar en diferentes productos que desencadena la acción colectiva entre actores, al buscar implementar en el mercado un nombre, una marca. La lechería familiar (Cervantes &  Cesín, 2007) es la actividad lechera que desarrollan las familias con la utilización de los recursos disponibles.
2.       Un producto que se elabora localmente: el queso llanero
2.1. Rutas de la leche en los llanos venezolanos
En la figura 1, se muestra el flujo primario de la leche en la región llanera. En la región llanera, generalmente el volumen de leche oscila a un promedio de 7 litros diarios por vaca, y se requieren 9 litros para un kg de queso. Normalmente se sigue dos rutas bien diferenciadas: una parte (35 %) es colocada en receptorías con la participación de intermediarios compradores de leche con nivel de especialización en calidad (cadena del frío, análisis físico-químico), para ser procesada por la industria láctea y en diferentes productos (leche pasteurizada, yogur, crema, mantequilla, suero, entre otros). La otra parte (65 %) se destina para quesos: la mitad va para la industria (de quesos) y el resto para queseras familiares, que venden a intermediarios quienes comercializan el producto en la misma zona central del país.

Figura 1. Flujos primarios de la leche región llanera (Fuente: Fundacite Portuguesa con modificaciones propias, noviembre 2013)

2.2. La actividad quesera en las comunidades estudiadas
En el estado Portuguesa, Venezuela, existen concentraciones de queserías, específicamente en los Municipios Guanare, Guanarito y San Genaro de Boconoito (figura 2). Se caracterizan por la producción de queso llanero como actividad principal de fuente de recursos monetarios y de relaciones de producción y comercialización entre actores. El Sector Caño Indio, localizado en el suroeste del municipio Guanarito, presenta como actividad económica principal la ganadería de leche. Los fundadores, provenientes hace más de treinta años, de la región de los Andes tachirenses, se vieron en la necesidad de transformar por ellos mismos, en su finca, toda su producción lechera a queso, conocimientos que compartieron y reforzaron con los llaneros nativos de la zona. Gradualmente, los productores cuyas fincas están apostadas a orillas de carretera, se han incorporado a la ruta de lecheros, para la industria. Así nos los contó Daniel, mediano productor nativo de Guanarito: “Fuimos muchos los que pusimos la esperanza en estas tierras planas para trabajarlas, esto estaba puras montañas; tuvimos que luchar duro pa´tener lo que ustedes ven ahora. Para nosotros la ganadería es todo, es lo sabemos hacer, trabajar…la leche es nuestra vida. Todos los días hacemos el quesito”

Figura 2. Concentraciones lecheras, Sector Caño Indio, Municipio Guanarito, Estado Portuguesa

La zona que bordea el caño la conforman cinco comunidades contentivas de un total aproximado de 700 habitantes (Macia, 2011), siendo todos ellos grupos familiares dueños de fincas. La localidad es completamente rural y a excepción de la carretera principal que es engranzonada, las vías no están desarrolladas completamente y en la mayoría de los casos, se reducen a caminos transitables con vehículo a doble tracción en época de sequía y en bestia en el periodo lluvioso. Aunque en la actualidad han mejorado, dado al mantenimiento continuo que las comunidades organizadas exigen al ser construido algunos puentes, diques, así como ampliación de las carreteras existentes. El agua proviene de pozo profundo y parte de los predios poseen servicio de electricidad. No se cuentan con servicios de aseo urbano. La mayoría de las viviendas están construidas con paredes de tablas de madera, piso de tierra y techo de zinc, y existen líneas de telefonía rural.
El queso se presenta en unidades de forma cuadradas que van desde los 2 hasta 8, 12 y 18 kg, sin empaque para la venta en todo el país, a través de intermediarios, quienes fijan el precio a pagar al productor y algunas veces los productores intercambian el queso por alimentos u otros insumos requeridos tanto para la elaboración (sal, cuajo, envases, bolsas plásticas) como para el ganado (sal, melaza, insecticidas, implementos de vaquería, medicamentos, entre otros). Estos insumos, normalmente son adquiridos en tiendas proveedoras localizadas en Guanarito, ciudad capital, que está a dos horas de Caño Indio en sequía y hasta cuatro horas en época de lluvia. El queso es colocado en fardos y transportado en bestias, tractor o vehículo particular desde la finca hasta el punto de encuentro con un comprador intermediario; el recorrido tarda alrededor de una hora y media según el clima lo permita.
2.3. Comercializando el queso
Existe una gran diferencia de comercialización de los quesos de los llanos (o de un tipo de quesero al otro) así como en la utilidad que obtienen por litro de leche procesada (Balse & Macia, 2013). Esta actividad quesera se desarrolla según tres tipos:
Las queseras familiares, venden el queso a intermediarios y éstos a mercados mayoristas en la región central del país; no obstante, ocasionalmente y por orientación e interés de alguna institución o política local, se celebran ferias o mercados populares, en donde los productores llevan los quesos. Esta parte es muy importante, puesto que permite establecer relaciones de proximidad y de confianza entre los productores y entre ellos y los consumidores. Algunos productores mantienen relaciones comerciales con detallistas a quienes le venden el producto, otro caso es la venta directa a través de familiares cercanos;  en esta última modalidad el precio de venta es bueno pero el volumen poco, en virtud de las dificultades que acarrea el traslado del producto (caso salvado si el productor posee vehículo propio).
Las queseras medianas, ubicadas cerca de los productores de leche, también venden el mayor volumen de su producción a la región central, pero a su vez mantienen relaciones comerciales con abastos y mercados de cadena localizados en Portuguesa, y a quienes venden aproximadamente 10 % de la producción. Como el volumen de leche disminuye en la época de sequía, se presenta una situación de competencia entre estas empresas para adquirir la leche y el precio mejora para el productor, porque puede venderlo a precios más alto que lo estipulado en la gaceta oficial. Al contrario, en época de lluvia las queseras no van a aceptar la leche excedentaria, y el precio de la leche será bastante bajo al valor oficial; los productores tienen que buscar otros canales de venta.
Tal condición de estacionalidad desencadena en relaciones poco amistosas entre queseros y productores de leche, por el precio, y entre productores, por el ventajismo. Sin embargo, se aprecia aquí en una etapa de activación de recursos que según Villegas & Torres (2011) se cae en la vulnerabilidad a ser excluyente o marginar algunos actores relacionados directa o indirectamente con el proceso; este elemento representa una amenaza en la eficacia de la acción colectiva y por ende en las relaciones de confianza de las organizaciones sociales.
Este último aspecto radica en la importancia que tiene la organización de actores como estrategia para el desarrollo rural, vista desde el contexto dentro del cual los habitantes de las comunidades han establecido relaciones de hermandad y solidaridad (cooperación) que garantiza por un lado la estabilidad organizativa y por el otro la eficiencia colectiva (Razeto, 1990; Boucher, Riveros  & Lazo, 2007; Dulcire, 2014). Una eficiencia que depende a su vez del llamado capital social endógeno caracterizado por la cohesión de grupo, las relaciones de confianza, la reciprocidad y la participación de los agremiados. Las asociaciones entre los actores de la cadena productiva del queso en el Municipio Guanarito, se traducen en relaciones de amistad y cooperación. José, nativo productor-ganadero, aportó: “Al empezar los años 1980, mucha gente vino de los Andes, hacia los llanos de Portuguesa para hacer agricultura en tierras más fértiles. Esa gente tenía bastante conocimiento en agricultura, ganadería y agronomía, con lo que desarrollaron las producciones”.
Las queseras del tercer tipo, plantas procesadoras de productos lácteos (yogur, crema, suero, natilla, quesos) tienen como ventaja en los mercados la posesión de una marca que les sirve de imagen. El mayor nivel de producción les permite tener más peso frente al mercado, al ser proveedores más seguros, regulares, con mayor capacidad productiva; a menudo tienen también más experiencia en el negocio y por consiguiente, círculos de relaciones más importantes. En cuanto al suministro de la leche, dichas plantas tienen dificultad en el periodo seco y tienen que desarrollar relaciones fuertes y de confianza con los proveedores y poder satisfacer la demanda.
Estas plantas procesadoras son dinámicas; valoran los costos de oportunidad y los cambios que marcan el mercado en la comercialización de productos lácteos. Son varios factores involucrados: estacionalidad climática, escasez de insumos, fijación de precios a puerta de corral muy por debajo del costo de producción, entre otros, que conllevan al empresario a evolucionar con la diversificación en la oferta, la creación de centros de acopio. Estos aspectos promueven empleos y productos, tal como acercamiento interinstitucional y entre actores.

3.         Hacia la construcción del queso llanero como recurso patrimonial
3.1. El llano y los llaneros
Geográficamente, los llanos venezolanos se dividen en occidentales (estados Apure, Barinas, parte de Cojedes y Portuguesa); llanos centrales (otra parte de Cojedes y Guárico) y llanos orientales (Anzoátegui y Monagas) (figura 1). Comprende una extensión de aproximadamente 300.000 km2 (35 % del territorio nacional) y limita al norte con la región capital y central, al sur con la república de Colombia, al este con la región nororiental y Guayana y al oeste con los Andes.
Con la llegada de los colonizadores españoles los pobladores del llano fueron adoptando nuevas culturas, pero al mismo tiempo se fortalecía la identidad acorde el ser humano respondía con valentía a las necesidades de sobrevivencia. Las particularidades que distinguen al llanero representan en sí mismas la cultura de la región; el hombre del llano es una figura emblemática en el país dado las características que resaltan su identidad, por lo demás componentes de un estilo de vida inconfundible: vestimenta, habla, costumbres, labores, comidas, etc. González (2013) dice que la identidad individual se construye en interacción con lo colectivo, pues son los habitantes de la región los que mentalizan y pregonan después dichos rasgos que identifican, que finalmente se quedan arraigados como un patrón cultural; una identidad que continúa evolucionando en el devenir del tiempo como un rescate de valores que persisten en la memoria de los pobladores, y por lo tanto se afianza en las raíces y estándares culturales localizados: “el llanero y su cultura han sido reconocidos y aceptados en Venezuela como símbolo de tradicionalismo, de lo típico,” (González, 2013 p. 10).
El llanero, inicia sus actividades de ordeño desde la madrugada; la práctica conserva particularidades en cuanto a implementos, instalaciones, entre otros aspectos propios de la faena. Las queseras del Estado Apure son parte integrante de la vaquera (Arana, 2010), generalmente con piso de tierra, en los cuales se cumple la faena del ordeño; para ello, la vaca es atada al “botalón” (tronco grueso de madera hincado en suelo) a la espera de la llegada del becerro para la estimulación y posterior salida de la leche. Luego se libera el animal para que el becerro se alimente. Una a una se ordeñan las vacas paridas, entre cantos y labores rutinarias. Como se escribió muy acertadamente: “El queso llanero o blanco implica madrugada, amanecer, trabajo, sudor y constancia”. La actividad se acompañaba con cantos, silbidos y composiciones, tras lo cual surgieron poetas y cantores populares “…Orinooooco, Orinoco, Orinoco, Orinoco”, llama el ordeñador a la vaca “Orinoco”, del cantautor Simón Díaz (Folklore Venezolano)
3.2. La cultura del queso llanero
El adjetivo del presente trabajo fue el identificar los elementos que hacen del queso llanero una potencialidad para entrar en un proceso de determinación como activo territorial; su adjetivo calificativo “llanero”, lo refiere al territorio de origen, y este producto es conocido en todo el país. Entre las faenas llaneras está la quesería: “caballos, vacas y garzas, arriero, quesero y canto de ordeño; soga y sudor a cuero, sudor del llano, sudor de viejos” (Tovar, 2012 p. 12).
Existen preferencias en cuanto a la dureza y sabor del queso, entre una zona u otra. Es rendidor al consumo en diferentes formas (rallado, en trozos), se conserva hasta por 15 días en refrigeración, y es acompañante en la comida venezolana: “Rallado sobre la pasta, en rebanadas con el plátano, asado en el budare o frito con poco aceite; en el sándwich, y casi nunca falta en la arepa; con cachapa, y bollitos, las empanadas, galletas; en el pasticho, pastas y los pastelitos. Especial en festividades como plato fuertes o pasapalo” (Gutiérrez, 2007).
En las concentraciones de queserías, el productor de leche es también productor de queso, el cual elabora en las fincas; es un producto blanco, fresco, semiduro; se fabrica artesanalmente con leche cruda, no pasteurizada y sin patrón tecnológico claramente definido. No obstante, en toda la región en la que se produce se cumplen etapas básicas, a saber: obtenida la leche, en un tiempo menor a 4 horas se le agrega el cuajo artificial, se mezcla y se deja en reposo durante 30 min, luego se procede al desuerado, salado, moldeado, prensado y almacenado. Se utilizan moldes de madera, pese a que el ente oficial exige plástico; sin embargo para los pequeños productores es lento este cambio debido a que representa costos adicionales.
3.3. Una transmisión informal del saber-hacer en las queseras familiares
El saber-hacer local de la actividad quesera se transmite básicamente de tres maneras (Balse & Macia, 2013), a saber:
a)      El saber-hacer concerniente del queso llanero se trasmite generalmente por familiares (padres/hijo/hermanos) en las fincas, en donde cada miembro de la familia es corresponsable de la producción, aunque cumplan diferentes roles.
b)      Otra manera es el aprendizaje que se adquiere al elaborar el producto; así se conoce el proceso productivo y se perfila a su vez, la oportunidad de abrir una quesera propia.
c)      El tercer canal lo constituyen las relaciones de amistad, profesional o personal, mediante las cuales los queseros pueden tener acceso a nuevas técnicas o procesos; existe un intercambio de conocimiento, experiencias e informaciones, se comparten sus necesidades y con base a relaciones profesionales y personales, resuelven problemas. Este tipo de relaciones se da con queseros artesanos y semi industriales de otras zonas cercanas al Municipio.

Se encontró, que el origen de otra de las pequeñas empresas queseras se cimentó en principio en las buenas relaciones personales y profesionales que tenían los dueños con queseros de zonas aledañas. Uno de estos queseros, diversificó la producción hacia otros tipos específicos y finalmente encontró mercado para sus productos fuera de la zona, aspecto que denota la preferencia de los portugueseños por el queso llanero.
3.4. Unos primeros elementos para la tipicidad del queso llanero   
Se ha detectado un apego por parte de los productores a la actividad quesera, internalizada y valorada por ellos; también se resalta un saber hacer y preocupación a ser amenazados a cambiarlo, al incorporar, por ejemplo, etapas en el proceso productivo, específicamente la pasteurización para preservar la inocuidad en el producto. Y es que precisamente los procesos para la valorización de recursos territoriales implican reconocimiento del saber-hacer tradicional de sus actores que procrea la llamada diferenciación, identidad, que ata a los consumidores, plasmada esta identidad en una indicación adecuada. Es de recalcar lo que aseveran autores como Boucher et al. (2010); Dulcire (2014), que los recursos territoriales se construyen en concentraciones geográficas de economías campesinas, tras la activación de acciones colectivas protagonizadas por los actores directos de la actividad productiva, y constituyen en si mimo un sello de calidad, es decir la reconstrucción del recurso en relación con su historia.
No se trata entonces de impulsar cambios tecnológicos en el dinámico proceso cultural de hacer el queso llanero en las condiciones que los actores conocen y dominan. Es más bien afianzar dicho proceso partiendo del arraigo al queso llanero como producto de tradición, tanto en productores como en consumidores, y más que todo por la fidelidad a un sabor propio que convive en los venezolanos dado el consumo desde temprana edad.
3.4.1 La construcción histórica del queso
El queso llanero es fruto de historia y tradición; por la colonización y la llegada del ganado vacuno traído por los europeos, los nativos comenzaron a cuajar la leche para su conservación; el saber-hacer se ha construido y mantenido con el tiempo materializado en la actividad quesera como modo de vida para las familias rurales. En las primeras décadas del siglo pasado el trabajo de las queserías era actividad diaria en la vida del llano; donde el hombre, bravío habilidoso y locuaz, desarrolló su propio arte de hacer queso.
Así encontramos concentraciones actuales de queserías como las de Caño Indio, distribuidas en cinco comunidades, cuyos pobladores en la continuación de sus actividades productivas, desarrollaron predios destinados a la producción de leche; el propósito inicial era su venta en puerta de corral, pero la deficiente vialidad los llevó a transformar a queso, para su venta posterior.
      3.4.2 Origen y características que distinguen el producto para el consumidor
El queso llanero presenta rasgos que lo refieren a un origen (tierras planas, clima, fabricación, manejo del ganado). Su presentación en el mercado difiere de otros, pues se comercializa para mayoristas en bloques cuadrados, sin empaque, para luego ser detallado en porciones que se colocan en bolsas plásticas transparentes; aspecto conocido y reconocido por el consumidor al momento de comprar. Esto infiere una reflexión en cuanto a los rasgos que permitan identificar este queso como originario de un territorio en particular: sus olores han germinado en los consumidores venezolanos tanto como su aspecto físico, y su forma de comercialización.
Otro aspecto valorado culturalmente por los venezolanos es el sabor a leche cruda, típico de este queso con leche no pasteurizada; existe en los sentidos (la vista, el olfato, el gusto, el tacto) de las personas. Nuevamente conlleva a inducir que los factores diferenciadores, además de las características topográficas (tierras planas) y climáticas de la región, son también los generados por las prácticas de elaboración por los actores: proceso productivo y comercialización. Existe una referencia tácita en la mente del visitante a los llanos venezolanos en adquirir queso, tanto para degustarlo in situ como para llevarlo; es la demostración del conocimiento que el producto se elabora en esas tierras y por lo tanto es la oportunidad de adquirirlo fresco y sin riesgo de imitaciones.
3.4.3 Una reputación en todo el país
El producto tiene popularidad, notoriedad y preferencia en el país; se conoce su aspecto, su sabor y textura particulares, típicos. El proceso productivo responde más a una tradición histórica en cuanto al cuajado de la leche desde el descubrimiento español, que a un estándar tecnológico y, a excepción de la sustitución del cuajo natural por artificial, el arte criollo de hacer el queso llanero se ha mantenido hasta nuestros días: ordeño, cuajado, moldeado.
La forma de comercialización, su presentación en el mercado, el uso de la leche sin pasteurizar, su calidad organoléptica, cultural y territorial y el saber-hacer local, son factores que le dan tradición a la actividad quesera, y fama y arraigo al producto. A pesar de la calidad higiénico sanitaria deficitaria (irregular), sigue teniendo la preferencia de muchos consumidores venezolanos aficionados.
No obstante, instituciones y los organismos competentes, han abordado solamente la calidad sanitaria del producto como criterio de selección. Ello ha revertido en acciones concretas como la realización de talleres para capacitar en manejo y buenas prácticas de manufactura en cuanto a la sanidad. A este respecto, los actores no dejan de manifestar su preocupación. Freddy, propietario de una quesera mediana y como quesero desde muy niño, muestra inquietud por la amenaza que siente ante las exigencias del ente de la salud, en exigir la pasteurización de la leche para la elaboración del queso llanero: “Están atacando lo criollo, el sabor típico del queso; primero me pidieron que sustituyera los moldes de madera por plástico, esto hizo que algunos clientes me dijeran que mi queso no sabía igual; ahora nos han dado talleres de pasteurizar la leche, para que nosotros lo hagamos…ay yo se que el sabor del queso va a cambiar…”

 4. Conclusión: del reconocimiento oficial del queso llanero hacia el desarrollo territorial
Nos encontramos en los llanos venezolanos con un territorio plano rico de cantos, costumbres, leyendas y saberes que por siglos se han mantenido, y que se han materializado, por ejemplo, en productos de suma importancia en la alimentación de la población como lo es el queso llanero. Este alimento, común en la dieta diaria, nació para quedarse en el paladar de los venezolanos y constituirse también en acompañante básico de fiestas, reuniones sociales, deguste de la arepa (especie de pan de maíz), tras la visita de familiares y amigos. Ello representa en sí mismo una tradición, práctica local de los pequeños productores lecheros, se produce en la misma cocina familiar y en pequeñas empresas queseras.
En toda la región llanera, están localizadas fincas de ganadería bovina extensiva y semiextensiva en cuyas instalaciones se elabora este queso “llanero”, con un proceso productivo típico que ha de homogeneizarse en el trascurso de un enfoque constructivo, sencillo y observable por visitantes; sus características organolépticas propias de la leche cruda, resaltan al momento del consumo. No obstante, el proceso productivo del queso artesanal presenta en la actualidad, debilidades en cuanto al cumplimiento de normas de higiene, equipos e infraestructura apropiados, comercialización sin empaque; aspectos estos, que harán parte del pliego de condiciones que tendrán que elaborar los grupos de actores implicados.
Entre los queseros se demuestran relaciones de solidaridad que se revierten en mejoras para la comunidad y su actividad productiva, ellos logran acuerdos y ejecutan acciones conjuntas. Las relaciones de amistad y cooperación no están en toda la cadena productiva, pues actores como los intermediarios, comercializadores del producto, impactan de manera negativa en los productores al negociar a su favor los precios; es decir, no funciona como proceso de integración quesero-comprador, para el bienestar de ambos.
El proceso de elaboración del queso llanero presenta una serie de elementos culturales: leche no pasteurizada, vacas ordeñadas en el campo, pastizales, con motivaciones para cantos y composiciones, camaradería e intercambio de cuentos e historias; y de elementos naturales: pastura natural, moldes de hojas y madera local que todavía existen en algunas comunidades. Lo cual encierra un escenario propicio para el emprendimiento de sendos proyectos de redefinición de este efectivo anclaje territorial del producto, que bien podría ser en una marca colectiva en una primera etapa, para facilitar una apropiación identitaria de su proceso de construcción como queso llanero. Como dicen Villegas & Torres (2011), la leche puede constituirse en elemento dinamizador de procesos para el desarrollo territorial de aquellas comunidades productivas por excelencia, pero invisibilizadas para la sociedad y que con la valorización de sus productos tradicionales, esta situación de poco impacto es revertida en progreso y bienestar de sus actores.
El reconocimiento de la tipicidad del queso llanero permitirá protegerlo como recurso territorial. Tal proceso requiere un trabajo interactivo que incluya a actores territoriales y los productores organizados, en pro de garantizar la protección de la tradición de elaborar el producto con su proceso tecnológico propio y además, un saber hacer que forma parte de la cultura y costumbres de los pobladores en las comunidades ganaderas de los llanos venezolanos.

Referencias
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